Si viajamos a Nueva York hay algo seguro: tendremos miles de puntos para visitar durante toda nuestra estadía. Y todos son interesantes e importantes, así que debemos repartir bien el tiempo, para alcanzar a ir a cada uno de los rincones únicos y maravillosos que la gran manzana tiene para mostrarnos.

Lo primero que debemos hacer sin falta es conocer la Estatua de la Libertad, ícono de la ciudad y de todo el país estadounidense, es la estatua más famosa del mundo, que está inmortalizada en infinitas postales de viajes y hasta en miles de películas.

Para llegar a ella debemos utilizar el agua, claro está. La mejor opción es tomarnos el ferry y aprovechar para obtener una vista privilegiada de la ciudad, desde afuera, pero, a la vez, dentro adentro.

Y ya que estamos por ahí no podemos desaprovechar el momento para conocer la Ellis Island, una pequeña porción de tierra que servía, muchos años atrás, de aduana, luego se convirtió en fuerte (durante la guerra) y hasta fue el sitio de paso obligado para los primeros inmigrantes que arribaron en Estados Unidos (allí se los controlaba, antes de ingresar).

El trayecto en ferry se realiza desde Manhattan hasta Staten Island y en el medio tenemos la posibilidad de bajar en ambas ciudades a recorrer.

Siguiente paso: hacer una caminata por la Quinta Avenida, en pleno centro de Manhattan. Está bautizada como “la avenida más cara del mundo” y es en ella donde se encuentran los edificios y construcciones de lujo más importantes del lugar, junto con mansiones históricas, que derrochan riqueza, glamour y buen gusto.

Toda la bonanza estadounidense se concentra allí, además tiene casas de compras súper exclusivas para que todos podamos comprar artículos de lujo, a un precio elevado, pero digno de poseer.

Aunque no podamos comprar nada tenemos la obligación de conocer toda la elegancia que esta avenida derrocha.

Sigamos caminando, y el próxima paso tiene que ser recorrer el Time Square, el cual junto a sus carteles nos invitan a recorrerlo de noche, disfrutando de la maravilla de la publicidad enorme y luminosa, única en el mundo.

La intersección está situada en la esquina de la Avenida Broadway y la Séptima Avenida y toda su zona está formada por las manzanas situadas entre las Sexta Avenida y Octava Avenida, corazón del centro comercial de Manhattan. Es otra imagen repetida en cientos de películas, un rincón maravilloso para conocer.

En Nueva York no podemos dejar de pasar por el distrito financiero de Wall Street, cuna de la economía mundial. Allí podremos conocer el edificio Empire State, situado en la intersección de la Quinta Avenida y West 34th Street y el One World Trade Center, el edificio más alto de la ciudad, que está ubicado en el nuevo complejo World Trade Center, el cual llegó para reemplazar a las Torres Gemelas, destruidas por un atentado terrorista en 2001 (en el mismo sitio donde se ubicaban estas torres hoy funciona el memorial 11S, monumento que recuerda a las víctimas del atentado, otro punto fuerte en turismo y en emoción).

Para recorrer toda la gloria del cine y del teatro tenemos que seguir nuestro recorrido por Broadway, la calle que alberga las mejores obras teatrales del país.

Es más lindo disfrutar de este paseo de noche, admirando las marquesinas y la apertura de los grandes teatros (el Circuito de Broadway está compuesto por 19 imponentes teatros).

Es allí donde se realizan los musicales u operas más grandes del mundo, con mayor producción y puesta en escena.

Una vez que hayamos pasado por todas las calles y avenidas llenas de cemento y tecnología tenemos que despejarnos un poco. Es ahí cuando debemos visitar el Central Park, el parque más visitado de todo el país (y del mundo).

Tiene forma rectangular y contiene dimensiones muy grandes, lo que facilita el atractivo turístico. Se realizan visitas guiadas para conocer el parque, las

cuales incluyen un picnic en el medio de los árboles y flores que ofrece el magnífico Central Park.
Por último tenemos que pasar, sí o sí, por el Puente de Brooklyn, otro símbolo de la ciudad, que une los distritos de Manhattan y de Brooklyn. Fue durante muchos años el puente colgante más grande del mundo.

Disfrutá de Nueva York al máximo, viví cada segundo a pleno. Pero ojo, nunca te olvides de contratar un seguro de viaje para estar protegido frente a cualquier imprevisto.

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