Los viajes casi siempre son para distendernos, para relajarnos, para aliviarnos. Poder desconectarnos aunque sea un tiempo nos calma y nos repone energías.

Planearlo siempre es una alegría inmensa: buscamos hoteles, lugares, ciudades, cosas para hacer y para ver, buscamos tours, lugares para cenar, visitas guiadas, tiendas de compras, etc.

Estamos muy pendientes de todo lo que podemos hacer, de todos los movimientos que nos sacarán una sonrisa. Pero solemos pecar de soberbios y no pensamos en los problemas de salud que se nos pueden presentar.

Éstos llegan sin golpear la puerta, no les interesa donde estamos ni qué estamos haciendo. Por eso no hay mejor plan que estar prevenido.

Las recomendaciones médicas siempre son importantes y debemos escucharlas con suma atención para saber qué hacer y cómo movernos mientras estamos lejos de casa.

Lo primero que debemos hacer, siempre y sin excepciones, es contratar un seguro para viajeros que responda por nosotros.

Estados Unidos es una país magnífico y glorioso, con un sistema de salud excelente pero tiene una contra muy grande: la cobertura no es gratuita ni universal.

Los costos son muy elevados allí y hasta una simple consulta médica nos costaría mucho dinero, impensado para los gastos de un turista.

Quienes viven o trabajan allí tienen que tener, sí o sí, una cobertura paga para poder atenderse en las clínicas del lugar. Y si volamos en condición de turistas tenemos que tener nuestra asistencia, para poder acceder a los servicios sanitarios sin preocupaciones y estar protegidos.

Si volamos a Los Ángeles debemos conocer que allí, como en gran parte del país, existen muchas y estrictas leyes en cuanto a la higiene que los locales que venden comida deben cumplir.

Así que no debemos preocuparnos de más a la hora de ingerir, tanto restaurantes como puestos callejeros son muy seguros en materia de sanidad y nada nos pasará por almorzar o cenar allí.

Un dato muy importante que debemos saber es que si necesitamos comprar medicamentos sólo lo podremos hacer con una receta médica, sin.

Ninguna droga será vendida sin la petición de un médico matriculado. Por eso, cuando necesitemos una medicina, antes debemos pasar por la consulta con un doctor. Es algo que no debemos olvidar, para evitar pérdidas de tiempo.

En cuanto a la vacunación en todo el territorio de Estados Unidos no hay restricciones ni peticiones. No se pide que los turistas tengan ninguna vacuna para poder ingresar pero sí se recomienda que todos vayan protegidos contra Tétanos y Difteria (ya que es una enfermedad de distribución mundial) y contra Hepatitis B, si sabemos que realizaremos actividades de riesgo que nos exponen.

Ahora, si ya fuimos vacunados contra esta enfermedad previamente no es necesario darnos un refuerzo, ya estamos cubiertos para nuestro viaje.

Cuando hacemos un viaje siempre estamos expuestos a muchos riesgos. Si vamos a Los Ángeles y disfrutamos de sus gloriosas playas somos candidatos a que los cambios climáticos nos alteren el organismo.

Podemos sufrir baja de presión, golpes de calor o alguna fractura o fisura en caso que practiquemos deportes de riesgo. Sabemos que el riesgo existe, simplemente tenemos que saber manejarlo.

Si querés volar libre, feliz y alejado totalmente de las preocupaciones encárgate de contratar un seguro de viajes, vayamos a donde vayamos. Nos dará toda la asistencia que solicitemos, jamás estaremos solos.

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Si aún te queda alguna duda sobre tu viaje o los cuidados de la salud no tardes en escribirnos un comentario, te responderemos a la brevedad con toda la información que necesitás para despegar tranquilo.